sábado, 14 de marzo de 2015

Caso Rol N° 1254004/N/1

Ministerio Público
Instituto de Investigación Forense
Oficina Nacional de Criminalística 


Santiago 19, Abril del 1990


Fiscalía Nacional
Sr: Sebastián Altamira García     
Ref.:    Caso Rol N° 1254004/N/1  

Estimado Señor:
En el presente informe, se encuentran trascritas las cinco primeras hojas  del cuaderno encontrado bajo el cuerpo del incendio del día de ayer en Av. Matta 543, solo se agregó algunas puntuaciones para mayor claridad y se corrigió ortográficamente.  Estoy completamente dedicado a este trabajo y envío este documento para que pueda avanzar mientras sigo transcribiendo lo demás. El informe oficial con el cumplimiento de normativas correspondientes se entregará en quince días hábiles es decir el 14 de mayo. 
El texto del cuaderno, está escrito con letra manuscrita, muy irregular con una caligrafía que demuestra un gran estado de tensión del autor, aunque de todas formas es una persona que tiene cierto manejo en la redacción y buen léxico. En el texto se puede establecer, una gran confusión en las ideas al momento de escribirlas, al existir muchos borrones y tachaduras donde se advierten en algunos casos incoherencias, que omito en este informe, para mayor claridad.
 
A continuación la primera transcripción que la escribo en cursiva, para su mayor claridad.

Transcripción 1 Evidencia 56.


“Yo quiero dejar que avance sola esta historia, no quiero interrumpirla y tener que cambiarla después, quisiera no tener que releerla, no quiero apurar  el paso, porque quiero que la entiendan y aparezcan las palabras de forma natural.  Yo nunca he escrito historias antes que esta, es la primera historia que obligadamente tengo que escribir.  No sé que les parecerá a ustedes, pero tengo tantos detalles en mi cabeza que quisiera no se enredaran al momento de ponerlas en papel. Escribir a mano en estos días tampoco es fácil sobre todo con mi ortografía y caligrafía, mi vocabulario no es tan extenso, nunca leí mucho.  Ya he hecho varios borrones en esta primera hoja que llevo escritas, espero me comprendan”.
“Ahora paso a contarles mi versión de los hechos, me gustaría que lo leyeran detenidamente”.
 “Ese día llegué a mi casa como a las seis y media.  Mi camisa se pegaba a mi espalda, venia muerto de calor del trabajo, me había aflojado bien la corbata y mi chaqueta la traía en la mano.  Tenía quince mil pesos en mi billetera porque quería encargar el gas, un par de monedas sueltas del vuelto del colectivo, mis llaves y nada más.  Venia cansado, extenuado.  Había estado evitando los espacios abiertos durante el viaje a casa, porque tenía indicios que la agorafobia de la que sufrí hace unos años, me atacaría de nuevo.  A ratos sentía mareos y caminaba como pisando huevos sin sentir los pies.  Todo el camino, anduve como a punto de caer, sentía que se doblaban mis rodillas.  Mi respiración estaba algo agitada, sude mucho antes de llegar a casa, ahora estoy dudando si en realidad hacían tanto calor o era yo el que estaba agitado y acalorado, quizás con ansiedad o con una alza de  presión, de la cual también sufro a veces”.
“Haciendo memoria, la noche anterior me había quedado hasta las una de la madrugada en el trabajo y recién pude dormir tipo tres de la mañana y ese día me había levantado  a las seis de la mañana, para viajar a Santiago.  Era un día jueves, que según yo, es el día más pesado de toda la semana, el viernes yo siempre me levanto con otro ánimo.  Siempre el jueves ha sido el peor día para mí”.
“Hasta ese día había tenido un ritmo similar en mi trabajo. En mi casa había estado solo, nadie me había ido a visitar.  Vivo solo hace cuatro años, no tengo familia en Santiago, solo un par de amigos en el trabajo.  Todos los días llegaba a ver televisión con el volumen alto para no tener que escuchar a los niños que jugaban afuera a la pelota o para no escuchar los ruidos de los autos que pasaban rápido en la avenida, estaba especialmente irritable esos días.  El gato pagó la cuenta a patadas, un par de veces de mi estado emocional.  Pero, había estado así muchas veces, nada fuera de lo normal según yo. Ahora dudo de todo. No sé lo que es normal. Por favor disculpen mis garabatos espero me entiendan la letra”.
“Cuando llegué ese día, les sigo contando,  estaba sacando las llaves de mi bolsillo para abrir la puerta del antejardín y las manos me tiritaban, no sabía por qué al principio.  Quise pensar en otra cosa y las nauseas no me dejaban de recordar el cansancio, quise de nuevo pensar en otra cosa pero mi ansiedad me impedía sacar las llaves.  Luego no podía elegir la llave correcta y mis manos seguían temblando, las piernas se doblaban y sentía mi corazón latir con tal fuerza, que hacía zumbar mi sien y yo podía sentir la sangre ahí zumbando.  Entonces intenté calmarme, respiré profundo y recordando una técnica que ocupaba para pensar en otra cosa, me dije –Ya, veamos hilemos una frase coherente y simple describiendo un objeto común, para pensar en otra cosa y calmar las palpitaciones.  Describamos la puerta, por ejemplo. – Y al tratar de hacerlo, no me salían las palabras se me cruzaban las silabas y en ese minuto era como si no tenía la más mínima idea, que cresta era una puerta.  El corazón se agitaba más aun, las silabas seguían enredadas y no salía la frase coherente, solo palabras enredadas o al menos eso descifraba mi cabeza, mi manos seguían inestables y como sin fuerzas.  No podía quedarme quieto, no podía y no quería al mismo tiempo, el pánico se apoderó otra vez de mí y por un segundo, me dieron ganas de gritar, pero logré contenerme y me tomé rápidamente un cuarto de pastilla que guardo siempre en mi billetera, para calmar un poco la ansiedad, no fue ese el alivio.  Nunca es inmediato, pero cuando me dije, que esa era mi casa y que no había nada que temer, eso sí me alivió un poco, ahora dudo de todo y no sé si fue  el sentirme en casa o la pastilla que me tomé”. 
“Finalmente pude abrir la puerta no sé cómo y pude decir mientras la habría: la puerta sirve para entrar o salir de un lugar, peros las puertas no siempre están abiertas, todas tienen bisagras y algunas manillas o algún mecanismo para tirar o empujar o algo similar a eso”.
“No sé cuanto rato estuve pensando en la puerta pero logré relajarme y pensar en otra cosa”.  
“Ese es el máximo detalle de lo que me acuerdo, así lo solicitaron ustedes, todo  con el máximo de detalle, eso es todo lo que sentí en ese minuto, no hay nada más y si existiese mas simplemente no lo recuerdo”.
“Después de unos minutos ya me había sacado la corbata y había dejado la chaqueta en una silla, estaba llamando por teléfono para pedir el gas, cuando sentí un golpe en mi cabeza y un dolor agudo y me fui al suelo. Caí de costado. Pude ver unos pies con unas zapatillas de lona roja, era hombre creo y llevaba jeans ajustados cerca de los tobillos,  él corrió hacia la  salida luego cerré los ojos y no desperté en un buen rato, la verdad no se cuanto tiempo pasó, pero después de eso me vi corriendo por calle Tarap[acá…]” 

Fin Transcripción

Aquí hay un trozo de dos líneas aproximadamente, que falta de la hoja pero, no parece ser importantes.  Apenas se distingue el nombre de la calle, podría decir algo parecido, me atreví a deducir ese nombre por las calles en el sector de Av.Matta. 
El corte de la hoja es irregular, no tiene signos de haberlo hecho con alguna herramientas, más bien el pedazo fue arrancado con los dedos.  Sugiero una investigación biológica del objeto.

Sigo con la transcripción.

Transcripción 2 Evidencia 56.

“…me caí nuevamente, esto último no se en realidad si fue un sueño o la realidad por qué no me acuerdo de nada más”.
“Luego de eso solo recuerdo que desperté aquí”.
“No puedo hablar, los escucho yo a ustedes, pero mi voz no sale. Mis facultades mentales no están claras, pero puedo redactar este escrito aunque, de todas formas me siento  muy intranquilo, asustado y muy confundido con todo esto, sobre todo por no poder hablar.  No sé si estoy en una cárcel, un hospital o algo distinto, me gustaría que ustedes me informaran de eso.  Me encantaría poder contestar sus preguntas, pero creo que por ahora este cuaderno o una pizarra quizás, será el único medio de comunicación, no nos queda de otra, espero me comprendan”. 
“Por último solicito su ayuda y estoy completamente dispuesto a cooperar en todo lo que sea necesario,  hablaré siempre con todo detalle y sinceridad. Necesito le avisen a mi poca familia que tengo en Renaico cerca de Parral, Antonio Gómez Aguayo se llama mi padre se supone que hace un mes más o menos yo debía viajar”.
“Mi nombre es Arturo Gómez Carreño y mi RUT es 9.874.981-4, vivo en el Pasaje 5 Oriente de la villa Patria Vieja, en Santiago.  Soy auditor y trabajo para la empresa Real Managment en la comuna de Providencia”.              


Este es el final del texto, y no hay más detalle en estas primeras hojas.  Ah sido especialmente difícil la investigación y transcripción de este documento.  El cuaderno no tenía corchetes y por el desorden, espero que el relato corresponda al orden original de las hojas, él próximos informe lo entregaré mañana a medio día, si no hay contratiempos.

Sin otro particular y esperando que este informe entregue datos importantes a su investigación.  Quedo a su entera disposición si es que tiene alguna duda.

Atentamente.
Vicente Oyanedel W
Perito ONACRIM - Grafología






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