Ministerio
Público
Instituto
de Investigación Forense
Oficina
Nacional de Criminalística
Santiago 19, Abril del 1990
Fiscalía Nacional
Sr: Sebastián Altamira García
Ref.:
Caso Rol N° 1254004/N/1
Estimado Señor:
En el presente
informe, se encuentran trascritas las cinco primeras hojas del cuaderno encontrado bajo el cuerpo del
incendio del día de ayer en Av. Matta 543, solo se agregó algunas puntuaciones
para mayor claridad y se corrigió ortográficamente. Estoy completamente dedicado a este trabajo y
envío este documento para que pueda avanzar mientras sigo transcribiendo lo
demás. El informe oficial con el cumplimiento de normativas correspondientes se
entregará en quince días hábiles es decir el 14 de mayo.
El texto del
cuaderno, está escrito con letra manuscrita, muy irregular con una caligrafía
que demuestra un gran estado de tensión del autor, aunque de todas formas es
una persona que tiene cierto manejo en la redacción y buen léxico. En el texto
se puede establecer, una gran confusión en las ideas al momento de escribirlas,
al existir muchos borrones y tachaduras donde se advierten en algunos casos
incoherencias, que omito en este informe, para mayor claridad.
A continuación la
primera transcripción que la escribo en cursiva, para su mayor claridad.
Transcripción
1 Evidencia 56.
“Yo quiero dejar que avance sola esta historia, no quiero
interrumpirla y tener que cambiarla después, quisiera no tener que releerla, no
quiero apurar el paso, porque quiero que
la entiendan y aparezcan las palabras de forma natural. Yo nunca he escrito historias antes que esta,
es la primera historia que obligadamente tengo que escribir. No sé que les parecerá a ustedes, pero tengo
tantos detalles en mi cabeza que quisiera no se enredaran al momento de
ponerlas en papel. Escribir a mano en estos días tampoco es fácil sobre todo
con mi ortografía y caligrafía, mi vocabulario no es tan extenso, nunca leí
mucho. Ya he hecho varios borrones en
esta primera hoja que llevo escritas, espero me comprendan”.
“Ahora paso a contarles mi versión de los hechos, me
gustaría que lo leyeran detenidamente”.
“Ese día llegué a
mi casa como a las seis y media. Mi
camisa se pegaba a mi espalda, venia muerto de calor del trabajo, me había
aflojado bien la corbata y mi chaqueta la traía en la mano. Tenía quince mil pesos en mi billetera porque
quería encargar el gas, un par de monedas sueltas del vuelto del colectivo, mis
llaves y nada más. Venia cansado,
extenuado. Había estado evitando los
espacios abiertos durante el viaje a casa, porque tenía indicios que la
agorafobia de la que sufrí hace unos años, me atacaría de nuevo. A ratos sentía mareos y caminaba como pisando
huevos sin sentir los pies. Todo el
camino, anduve como a punto de caer, sentía que se doblaban mis rodillas. Mi respiración estaba algo agitada, sude
mucho antes de llegar a casa, ahora estoy dudando si en realidad hacían tanto
calor o era yo el que estaba agitado y acalorado, quizás con ansiedad o con una
alza de presión, de la cual también
sufro a veces”.
“Haciendo memoria, la noche anterior me había quedado
hasta las una de la madrugada en el trabajo y recién pude dormir tipo tres de
la mañana y ese día me había levantado a
las seis de la mañana, para viajar a Santiago.
Era un día jueves, que según yo, es el día más pesado de toda la semana,
el viernes yo siempre me levanto con otro ánimo. Siempre el jueves ha sido el peor día para
mí”.
“Hasta ese día había tenido un ritmo similar en mi
trabajo. En mi casa había estado solo, nadie me había ido a visitar. Vivo solo hace cuatro años, no tengo familia
en Santiago, solo un par de amigos en el trabajo. Todos los días llegaba a ver televisión con
el volumen alto para no tener que escuchar a los niños que jugaban afuera a la
pelota o para no escuchar los ruidos de los autos que pasaban rápido en la
avenida, estaba especialmente irritable esos días. El gato pagó la cuenta a patadas, un par de
veces de mi estado emocional. Pero,
había estado así muchas veces, nada fuera de lo normal según yo. Ahora dudo de
todo. No sé lo que es normal. Por favor disculpen mis garabatos espero me
entiendan la letra”.
“Cuando llegué ese día, les sigo contando, estaba sacando las llaves de mi bolsillo para
abrir la puerta del antejardín y las manos me tiritaban, no sabía por qué al
principio. Quise pensar en otra cosa y
las nauseas no me dejaban de recordar el cansancio, quise de nuevo pensar en
otra cosa pero mi ansiedad me impedía sacar las llaves. Luego no podía elegir la llave correcta y mis
manos seguían temblando, las piernas se doblaban y sentía mi corazón latir con tal
fuerza, que hacía zumbar mi sien y yo podía sentir la sangre ahí zumbando. Entonces intenté calmarme, respiré profundo y
recordando una técnica que ocupaba para pensar en otra cosa, me dije –Ya,
veamos hilemos una frase coherente y simple describiendo un objeto común, para
pensar en otra cosa y calmar las palpitaciones.
Describamos la puerta, por ejemplo. – Y al tratar de hacerlo, no me
salían las palabras se me cruzaban las silabas y en ese minuto era como si no
tenía la más mínima idea, que cresta era una puerta. El corazón se agitaba más aun, las silabas
seguían enredadas y no salía la frase coherente, solo palabras enredadas o al
menos eso descifraba mi cabeza, mi manos seguían inestables y como sin
fuerzas. No podía quedarme quieto, no
podía y no quería al mismo tiempo, el pánico se apoderó otra vez de mí y por un
segundo, me dieron ganas de gritar, pero logré contenerme y me tomé rápidamente
un cuarto de pastilla que guardo siempre en mi billetera, para calmar un poco
la ansiedad, no fue ese el alivio. Nunca
es inmediato, pero cuando me dije, que esa era mi casa y que no había nada que
temer, eso sí me alivió un poco, ahora dudo de todo y no sé si fue el sentirme en casa o la pastilla que me tomé”.
“Finalmente pude abrir la puerta no sé cómo y pude decir
mientras la habría: la puerta sirve para entrar o salir de un lugar, peros las
puertas no siempre están abiertas, todas tienen bisagras y algunas manillas o
algún mecanismo para tirar o empujar o algo similar a eso”.
“No sé cuanto rato estuve pensando en la puerta pero
logré relajarme y pensar en otra cosa”.
“Ese es el máximo detalle de lo que me acuerdo, así lo
solicitaron ustedes, todo con el máximo
de detalle, eso es todo lo que sentí en ese minuto, no hay nada más y si
existiese mas simplemente no lo recuerdo”.
“Después de unos minutos ya me había sacado la corbata y
había dejado la chaqueta en una silla, estaba llamando por teléfono para pedir
el gas, cuando sentí un golpe en mi cabeza y un dolor agudo y me fui al suelo.
Caí de costado. Pude ver unos pies con unas zapatillas de lona roja, era hombre
creo y llevaba jeans ajustados cerca de los tobillos, él corrió hacia la salida luego cerré los ojos y no desperté en
un buen rato, la verdad no se cuanto tiempo pasó, pero después de eso me vi
corriendo por calle Tarap[acá…]”
Fin Transcripción
Aquí hay un trozo de dos
líneas aproximadamente, que falta de la hoja pero, no parece ser importantes. Apenas se distingue el nombre de la calle,
podría decir algo parecido, me atreví a deducir ese nombre por las calles en el
sector de Av.Matta.
El corte de la hoja
es irregular, no tiene signos de haberlo hecho con alguna herramientas, más
bien el pedazo fue arrancado con los dedos.
Sugiero una investigación biológica del objeto.
Sigo con la
transcripción.
Transcripción
2 Evidencia 56.
“…me caí nuevamente, esto último no se en realidad si fue
un sueño o la realidad por qué no me acuerdo de nada más”.
“Luego de eso solo recuerdo que desperté aquí”.
“No puedo hablar, los escucho yo a ustedes, pero mi voz
no sale. Mis facultades mentales no están claras, pero puedo redactar este
escrito aunque, de todas formas me siento
muy intranquilo, asustado y muy confundido con todo esto, sobre todo por
no poder hablar. No sé si estoy en una
cárcel, un hospital o algo distinto, me gustaría que ustedes me informaran de
eso. Me encantaría poder contestar sus
preguntas, pero creo que por ahora este cuaderno o una pizarra quizás, será el
único medio de comunicación, no nos queda de otra, espero me comprendan”.
“Por último solicito su ayuda y estoy completamente
dispuesto a cooperar en todo lo que sea necesario, hablaré siempre con todo detalle y
sinceridad. Necesito le avisen a mi poca familia que tengo en Renaico cerca de
Parral, Antonio Gómez Aguayo se llama mi padre se supone que hace un mes más o
menos yo debía viajar”.
“Mi nombre es Arturo Gómez Carreño y mi RUT es
9.874.981-4, vivo en el Pasaje 5 Oriente de la villa Patria Vieja, en
Santiago. Soy auditor y trabajo para la
empresa Real Managment en la comuna de Providencia”.
Este es el final del
texto, y no hay más detalle en estas primeras hojas. Ah sido especialmente difícil la
investigación y transcripción de este documento. El cuaderno no tenía corchetes y por el
desorden, espero que el relato corresponda al orden original de las hojas, él
próximos informe lo entregaré mañana a medio día, si no hay contratiempos.
Sin otro particular y
esperando que este informe entregue datos importantes a su investigación. Quedo a su entera disposición si es que tiene
alguna duda.
Atentamente.
Vicente Oyanedel W
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